«Me siento muy mal pero tuve que hacerlo», expresó una madre en Pico Rivera, California, Estados Unidos, al contar que el domingo pasado se vio obligada a apuñalar a uno de los perros de su madre porque estaba atacando a su hija de un año.

La mujer, que no quiso dar la cara porque también fue herida por los animales, reveló al canal de noticias NBC4 de Los Ángeles que los perros de su madre atacaron a su hija sin motivo, y que se vio obligada a elegir entre la vida de la nena y la de los animales.

«Era él o mi hija, así que elegí a mi hija. Hice lo que tenía que hacer para protegerla porque no la soltaba. Tuve que hacerlo. Me siento muy mal, pero tuve que hacerlo», expresó la mujer.

La secuencia se desarrolló durante la noche del domingo en la casa de Margaret Morales, la abuela de la nena y dueña de ambos perros de raza Pit Bull, que tenían 3 años y eran de la misma camada.

Uno de los perros murió apuñalado y el otro está en manos del ente de control de animales del Condado de Los Ángeles, en el oeste de Estados Unidos, para ser eutanasiado.

Morales reconoció que el episodio fue «traumático» para toda la familia, pero agregó que su nieta, llamada Ruby Ann Cervantes, «es fuerte» y que se recupera de la operación a la que fue sometida el lunes por la mañana.

Los perros mordieron a Ruby Ann en la pierna, el hombro y la cara, a su abuela en el brazo y a su madre, también en la cara.

Familiares de la nena sospechan que el ataque se produjo cuando los perros entraron a la casa y vieron que la pequeña tenía un juguete suyo en la mano.