«El supuesto bombardeo aéreo es una completa provocación, una puesta en escena para mantener el revuelo antirruso entre una audiencia occidental», afirmó a la prensa Igor Konashenkov, portavoz oficial de la mencionada cartera rusa.

«La aeronáutica rusa no llevó a cabo absolutamente ninguna misión contra blancos en la zona de Mariupol», dijo el funcionario en declaraciones reproducidas por agencias informativas internacionales.

Como se sabe, el bombardeo al nosocomio de la ciudad portuaria de Mariupol habría dejado como saldo tres muertos y al menos 17 adultos heridos, según informó el alcalde de ese estratégico puerto del mar de Azov.

Tras conocerse la noticia del bombardeo al hospital ucraniano y difundirse las imágenes, creció la indignación mundial con relación a la invasión militar ordenada por el presidente ruso Vladimir Putin.

El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aseguró a través de su cuenta en Twitter que «el bombardeo de un hospital de maternidad es un atroz crimen de guerra».

También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en la misma red social se mostró «convencida» de que el ataque «se puede considerar un crimen de guerra» y pidió que se lleve a cabo una «completa investigación».