ENTREVISTA CON TÉLAM

La enviada de Biden dijo que el atentado a la AMIA es «una herida abierta infectada» en el país

La estadounidense Deborah Lipstadt tiene una larga carrera como historiadora, académica y autora de numerosos libros e investigaciones sobre el Holocausto.

Fuente: Télam
Deborah Lipstadt

La enviada especial de Estados Unidos para el Monitoreo y Combate del Antisemitismo, la embajadora Deborah Lipstadt, dijo este martes que el atentado a la AMIA, del que se cumplieron 28 años, es «una herida abierta infectada» en el país y consideró que el antisemitismo inculca «temor en la sociedad» y está «interconectado» con el racismo y las teorías conspirativas.

Lipstadt tiene una larga carrera como historiadora, académica y autora de numerosos libros e investigaciones sobre el Holocausto y fue designada en marzo último en ese cargo, con grado de embajadora.

Pero es más conocida por haber ganado un juicio contra David Irving, un reconocido negacionista del Holocausto. Lipstadt escribió luego su libro «La Historia en Juicio: Mi día en el tribunal con un negador del Holocausto», que fue llevado al cine en 2016 con el título de «Denial» (La Negación), centrado en su historia.

En una entrevista con Télam en el Palacio Bosch, sede de la embajada de los Estados Unidos, y justo antes de tomar un avión hacia Chile, último destino de su gira, la enviada de la administración de Joe Biden hizo un balance de sus reuniones con funcionarios del Gobierno y dirigentes locales, donde dijo que escuchó «cosas alentadoras» y «compromiso» por parte de sus interlocutores.

La embajadora participó como oradora central del Foro Latinoamericano de Combate al Antisemitismo (organizado por el Congreso Judío Latinoamericano y la Cancillería de Israel), que incluyó la participación de sus asistentes en el acto central por el 28 aniversario del atentado terrorista contra la AMIA, tema que sobrevoló toda su estadía.

Una semana antes de la visita del presidente Alberto Fernández a Estados Unidos, donde mantendrá una reunión bilateral con Biden, Lipstadt aseguró que el tema «preocupa» a la administración norteamericana y sugirió herramientas para el combate al antisemitismo.

-Télam: Tuvo una agenda muy intensa, visitó escuelas, universidades, organizaciones civiles ¿Qué impresión se lleva de la comunidad judía local?

-Lipstadt: Es maravillosa. ¡Hasta fui a un Bar Mitzvah! Y tuve el honor de estar presente en el aniversario del atentado a la AMIA. Eso fue muy poderoso. Tengo la foto que levanté (de una víctima de la bomba) y la llevo conmigo en todo momento. Fue muy conmovedor. Es realmente una comunidad multifacética muy fuerte, la quinta comunidad judía más grande del mundo. Pero lleva con ella el dolor. Una herida abierta por los atentados, no es una cicatriz, es una herida abierta infectada, es decir que empeora con el tiempo.

-T:¿Cuál es el estado del antisemitismo en la Argentina y el mundo?

-L: No estuve en la Argentina lo suficiente para hacer una evaluación completa, pero lo que escuché de las personas es que en las calles en general no hay un antisemitismo abierto. Por supuesto hay personas que pueden hacer comentarios. Pero la pregunta que más escuché de la comunidad es si va a haber justicia. Ayer nos reunimos con un profesor de la UBA y él citó el Antiguo Testamento, cuando dice, «Justicia, justicia perseguirás». Perseguimos justicia, pero no hay.

-T: Viajó especialmente a Buenos Aires después de una larga gira por Medio Oriente para estar en el acto de la AMIA ¿Puede leerse como un involucramiento más profundo de Estados Unidos en el tema?

-L: Todas las administraciones, incluyendo particularmente la de Joe Biden, están muy preocupadas por esto. Nosotros no somos una Nación perfecta. Tenemos racismo, antisemitismo, odio de todo tipo, pero decimos que mientras resolvemos nuestros problemas, tenemos que alertar a otros países para que resuelvan los suyos. No porque seamos perfectos, sino porque no lo somos y trabajamos en eso. Y esperamos que otros hagan lo mismo.

-T: ¿Cómo interpretan la investigación abierta en la Argentina con respecto al avión iraní retenido en Ezeiza?

-L: No sabemos lo que pasó o cuál es la historia detrás. Pero como el embajador (de Estados Unidos, Marc) Stanley ha dicho, es algo que hay que investigar. Por ahora no sabemos. No puedo responder en ese sentido, pero hay elementos preocupantes que piden una investigación seria.

-T: Se reunió hoy con el Jefe de Gabinete y el Ministro de Educación ¿Habló de estos temas? ¿Cuál fue la conclusión?

-L: Hablé muy abiertamente sobre la necesidad de justicia para los que han sufrido los atentados y la muerte del fiscal (Alberto) Nisman, porque estás cosas no reflejan bien la imagen de Argentina. Escuché un compromiso de parte de ellos. Me dijeron que hay tolerancia en el país y educación sobre el Holocausto. Escuché muchas cosas alentadoras, a pesar de que hay problemas que necesitan resolverse. Hablamos también sobre la necesidad de nombrar un enviado especial de Argentina para la Lucha contra el Antisemitismo. Y vi una respuesta muy seria cuando lo mencioné. Creo que piensan que podría ser bueno para la Argentina. Ellos lo tendrán que decidir, por supuesto.

-T: Su disertación en el foro se centró en la idea de que el antisemitismo perjudica y corroe todos los estamentos de una sociedad ¿Podría explicarlo?

-L: Es como un canario en una mina de carbón. Los mineros lo usaban para saber que si moría al canario, había que salir rápidamente por los gases tóxicos. Para las democracias el antisemitismo es el canario en la mina de carbón. Inculca la falta de confianza en el Gobierno, en los medios, en el sistema bancario y financiero. El antisemitismo dice que los judíos controlan todo. Se pierde la fe en la democracia. No es perfecta la democracia, puede haber errores, pero puedo confiar en ella. El antisemitismo comienza a inculcar temor en la sociedad. Y luego se relaciona con el racismo, están interconectados. El antisemitismo es obviamente una amenaza a los judíos, y sería una razón suficiente para que un Gobierno lo enfrente, como debería detener amenazas contra cualquier tipo de grupo. Pero va más allá. Crea una falta de confianza e ideas de conspiración que no son saludables.

-T: Usted escribió un libro sobre cómo ganó un juicio paradigmático contra un negacionista del Holocausto, que la acusó a usted de difamación ¿Cómo se toca esto con el antisemitismo, en una época donde abundan las teorías conspirativas del Covid y hay gente que cree que la Tierra es plana?

-L: Un negacionista del Holocausto es como alguien que dice que la Tierra es plana. No tiene sentido. Alemania dice que sí pasó y ellos dicen que no. Ellos dicen que no hay testigos ni evidencia. El Holocausto tiene la dudosa distinción de ser el genocidio más documentado en el mundo. Pero lo importante es comprender que la negación es más que una idea alocada: es una forma de antisemitismo. Argumenta que los judíos inventaron la historia y que son tan poderosos para lograr que el mundo acepte esa mentira y para que se llevaran a cabo los Juicios de Núremberg, a pesar de que nunca ocurrió el Holocausto. Todos son elementos del antisemitismo. Pero tenemos una tragedia que resultó en el asesinato de uno de cada tres judíos vivos. En 1939 había 30 millones y en 1945 había 12 millones.

Decir que esto no es verdad, que se inventó para propio beneficio de los judíos, no solo es algo terrible: es antisemitismo.

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