El rey y su esposa, la reina Camila, comenzaron su visita con una ceremonia en el Arco del Triunfo, en la que los equipos de exhibición acrobática de las fuerzas aéreas de ambos países realizaron un sobrevuelo.

Entre los actos más destacados del viaje figuraba una cena de Estado en el Palacio de Versalles, con un menú a base de langosta azul y una selección de quesos franceses e ingleses. Al banquete habían sido convocados más de 150 invitados, entre ellos el actor británico Hugh Grant, la estrella del rock Mick Jagger, el ex entrenador de fútbol del Arsenal Arsene Wenger, la estrella del fútbol francés Didier Drogba, así como el multimillonario francés Bernard Arnault.

El jueves, Carlos, Camila, Macron y su esposa Brigitte visitarán la catedral de Notre-Dame para contemplar las obras de restauración tras el enorme incendio que en 2019 destruyó su tejado.

Carlos y Camila se dirigirán después a la ciudad suroccidental de Burdeos el viernes, donde las excursiones incluirán una visita a un viñedo orgánico.

El rey, un francófono fluido como su madre, la difunta reina Isabel, está ansioso por seguir sus pasos y es probable que se refiera al profundo afecto de Isabel por Francia, dijeron los funcionarios, siendo el viaje también una oportunidad para reconstruir los lazos que se han deshilachado por la caótica
salida de Reino Unido de la UE en 2020.

«Es una auténtica francófila», dijo a Reuters TV Adelaide de Clermont-Tonnerre, editora jefe de la revista francesa de celebridades Point de Vue. «Su madre era un ícono, se había convertido en la abuela de Europa. Carlos tuvo una vida más polarizada».

Carlos esperaba que una visita de Estado a Francia hubiera sido su primera como rey, pero un viaje en marzo fue pospuesto debido a las tensas protestas en Francia sobre las reformas de las pensiones, para vergüenza de Macron.

«ENTENTE RENOVADA»

En su segundo intento de reunirse en Francia, el rey, de 74 años, y el presidente, de 45, se proponen consolidar una relación ya reforzada por sus comunicaciones sobre Notre-Dame.

Carlos había escrito a Macron cuando se incendió la catedral, y la pareja también comparte intereses en el clima y el patrimonio, dijeron ayudantes y observadores reales.

«Ambos son intelectuales, hombres eruditos», dijo Clermont-Tonnerre. «Y ambos tuvieron que imponer una historia de amor poco convencional y muy denostada».

Camila, de 76 años, la segunda esposa de Carlos después de que la muy querida y popular princesa Diana murió en un accidente automovilístico en París en 1997, lanzará un nuevo premio de libros en París con la esposa del presidente francés, Brigitte Macron.

Las cálidas palabras, las visitas y los gestos simbólicos llegan después de varios años tensos por la negociación de la salida de Reino Unido en 2020 de la Unión Europea, y después de eso, las disputas sobre temas que van desde la inmigración hasta la venta de submarinos.

La ex primera ministra británica Liz Truss dijo en una ocasión que el jurado no sabía si Francia era amiga o enemiga, antes de decantarse por llamarla amiga el año pasado. Su sucesor, el primer ministro Rishi Sunak, visitó Francia en marzo para poner en marcha lo que denominó una «entente renovada».