CASO GARCÍA BELSUNCE

El tribunal rechazó el pedido de detención de la masajista Michelini por falso testimonio

«Miente deliberadamente», aseguró el fiscal Patricio Ferrari ante los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin en San Isidro, quienes rechazaron el planteo por «venturoso y prematuro».

Fuente: Télam
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Los fiscales del juicio por el crimen de María Marta García Belsunce, que tiene al vecino Nicolás Pachelo como principal acusado, pidieron la «inmediata detención» de la masajista Beatriz Michelini por falso testimonio, pero el tribunal a cargo del debate rechazó el planteo por «venturoso y prematuro» y anunció que lo resolverá cuando se dicte el veredicto.

El pedido fue formulado esta tarde por el fiscal Patricio Ferrari luego de casi dos horas de declaración como testigo de la masajista, al considerar que Michelini «miente deliberadamente» y que se trata de «un delito fragante en audiencia».

«Bajo el paraguas del ‘no recuerdo’ es reticente de decir verdad con el único fin de favorecer a Nicolás Pachelo. Calló la verdad y se pronunció con falsedad», explicó el fiscal Ferrari ante los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro.

Los magistrados, luego, le dieron la palabra a los abogados defensores, quienes rechazaron el planteo por «intempestivo».

«No la vamos a condenar por falta de memoria», dijo Raquel Pérez Iglesias, una de las abogadas que defiende a Pachelo.

Minutos más tarde pidió la palabra el presidente del tribunal, el juez Ecke, quien resolvió junto a sus colegas Rossi y Andrejin rechazar el pedido fiscal, al argumentar que es «prematuro» y anunció que responderán el planteo al final del juicio, cuando se dicte veredicto.

«Nos llamó la atención que se hizo (el pedido de detención) con la testigo aún declarando. Siguiendo el precedente de la causa Conzi (por el empresario Horacio Conzi, condenado por el crimen de Marcos Schenone), en la que mis colegas detuvieron a un testigo, Casación (por el Tribunal de Casación bonaerense) vio muy mal eso. Ahora sería venturoso y prematuro responder al respecto», explicó el magistrado, quien alentó a continuar el interrogatorio.

La llegada de Michelini a los tribunales fue llamativa. La masajista ingresó al edificio judicial y a la sala de audiencias con la cara tapada por la capucha de una campera y anteojos negros, acompañada por su abogado Eduardo Ludueña y sus dos hijos.

Por pedido del fiscal, su hija fue retirada de la sala porque fue ofrecida como testigo para declarar en alguna de las próximas audiencias.

Su testimonio se registró en el segundo turno de la jornada, luego de la declaración del viudo Carlos Carrascosa, y ante la mirada de Horacio García Belsunce, hermano de María Marta, quien se quedó exclusivamente para escucharla.

«Conozco al señor Pachelo, lo recuerdo por las cámaras en televisión porque lo conozco de chiquito cuando iba al colegio con mi hija a los 13 años, pero no me lo crucé nunca más hasta hoy», afirmó la mujer de 65 años, aunque aclaró que una vez él la llamó por teléfono para ofrecerle un «abogado cuando salió todo esto de la causa», aunque ella le agradeció y lo rechazó.

En varios tramos de la declaración, Michelini dijo «no recordar» lo preguntado por Ferrari y se excusó en el tiempo transcurrido desde los hechos ocurridos hace 20 años; dijo también que el fiscal la quería «confundir», mientras que en un momento Horacio García Belsunce se retiró de la sala ofuscado con su testimonio.

El funcionario judicial le recordó que las «fichas» de sus pacientes habían sido secuestradas por el fiscal Diego Molina Pico y que luego le fueron devueltas, pero con la nueva investigación fueron requeridas nuevamente por la fiscalía, aunque le pareció «raro» que ya no estaban las de Inés Dávalos (expareja de Pachelo), Susan Murray, Guillermo Bártoli (cuñado de María Marta), ni la de la víctima.

«No se dónde quedaron esas fichas, yo entregue la caja pero después no me puse a revisar si estaban todas», respondió nerviosa.

La masajista afirmó que el 27 de octubre de 2002 llegó al Carmel a las 18.55 y que la vigilancia le pidió sus datos, que fueron anotados en una planilla que fue exhibida en una pantalla.

«Me anuncié, llamaron por teléfono, en la casa no contestaban, estaba lloviendo, me hicieron esperar adelante porque iban a mandar a un guardia a la casa de la señora. Estuve ahí un rato y vino uno de los guardias y me preguntó cuántas camionetas tenían (los García Belsunce). Les dije dos y me dijeron que había una. Me dijeron ‘puede ingresar, ya llegó el señor Carrascosa'», relató la testigo, quien no pudo precisar a qué hora llegó a la vivienda.

Michelini añadió que estacionó su auto «en unas piedritas en la entrada» a la casa y, cuando estaba por bajar su valija con sus elementos de trabajo y la camilla, «el señor Carrascosa» le dijo: «Bety no baje las cosas, María Marta tuvo un accidente».

«Abrí la puerta y subí por la escalera, al entrar me encuentro a la señora en el piso y a Carrascosa acariciándole el pelo, y le empecé hacer masajes sin saber. Le hice respiración boca a boca, le salía espuma por la boca. En ese momento, le digo a Carrascosa que llame a una ambulancia, que llame a Bártoli, el señor estaba acostadito, me llamó la atención, me asusté muchísimo», aseguró.

El juez Ecke accedió a que el policía apostado en la sala de audiencias se tirara en el piso para recrear cómo estaba el cuerpo de María Marta, mientras que Michelini hizo del esposo de la socióloga, sobre el costado izquierdo.

Tras finalizar esa recreación, el magistrado le pidió con una sonrisa al efectivo: «No descanse, levántese usted».

Finalmente, la masajista aseguró que no tenía «intención de favorecer» al acusado Pachelo.

«El señor Pachelo no me interesa, no tengo ninguna intención de favorecer o beneficiarlo, la única perjudicada soy yo», sostuvo tras una pregunta de la defensa previo a finalizar el interrogatorio que duró más de tres horas.

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