ACTOS SIMBÓLICOS

El retiro del PRO de la Asamblea Legislativa desató las internas en JxC

Las posturas ante el momento de la Asamblea Legislativa en que el Presidente hablaba de la necesidad de revisar el origen de la deuda de US$ 45.000 millones tomada con el FMI durante el gobierno de Mauricio Macri abrió las disputas en la coalición opositora.

Fuente: Télam
juntos por el cambio congreso

La actitud de los legisladores del PRO de retirarse del recinto el 1 de marzo mientras Alberto Fernández pronunciaba su discurso ante la Asamblea Legislativa profundizó esta semana las diferencias entre los socios de la coalición opositora Juntos por el Cambio (JXC), posturas divergentes que se expondrán también durante el inminente debate en el Congreso del acuerdo con el FMI.

Las primeras chispas en esta nueva etapa de JxC surgieron apenas se apagaron las luces del Congreso, tras el discurso del Presidente ante la Asamblea Legislativa el 1 de marzo, cuando los legisladores del PRO se marcharon del recinto en el momento en que Fernández hablaba sobre la necesidad de que haya avances en la investigación judicial sobre el origen de la deuda con el FMI, tomada durante el gobierno de Mauricio Macri.

En el origen de ese fuerte gesto parlamentario del PRO, hay que buscar justamente la mano del expresidente, que días antes de la Asamblea Legislativa se había reunido con economistas, y había quedado convencido de que el acuerdo con el FMI es insuficiente para reparar la economía local y será imposible pagarlo sin políticas acertadas.

En esa reunión surgió la idea de retirarse del recinto si Fernández apuntaba contra su antecesor en el cargo y su gestión, responsable de tomar la deuda de US$ 45.000 millones.

El retiro del PRO del recinto despertó los cruces con sus socios de la coalición, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica: el principal apuntó contra el diputado radical Facundo Manes, cuya foto -sentado solo entre las bancas con banderas de Ucrania que dejaron vacías los legisladores que responden a Macri- se hizo viral.

«Me preguntan por qué me quedé. Ya probamos con no escucharnos y así estamos. No coincido con muchas cosas del discurso, pero si no lo escucho no puedo opinar», posteó Manes y empezó a recibir cuestionamientos desde el PRO.

El senador de ese espacio Ignacio Torres dijo que el neurocirujano «habla mucho del cerebro pero lo usa poco» y el gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales, lo cruzó para defender al médico: «La construcción de una Argentina mejor parte de la tolerancia y del diálogo», sostuvo el titular de la UCR.

En una cumbre del radicalismo, cuyos referentes se reunieron el viernes y el sábado en Mendoza por la Fiesta de la Vendimia, se volvió a cuestionar que «no fue inteligente» que los legisladores del PRO se retiraran del recinto del Congreso mientras el Presidente pronunciaba su discurso.

El debate que se iniciará el lunes en la Cámara de Diputados sobre el acuerdo alcanzado por el Gobierno nacional con el Fondo Monetario Internacional también genera dudas y diferencias hacia el interior de la coalición opositora.

El texto de 137 páginas -que está dividido en cuatro documentos: el proyecto de ley con cuatro artículos, el mensaje del Poder Ejecutivo y dos anexos adjuntos- ingresó el viernes por la tarde en Diputados, y fue distribuido de inmediato en formato impreso y digital a todos los legisladores.

Con la «letra chica» del acuerdo en la mano, la mesa nacional de JxC se reunirá este domingo por la tarde en forma virtual -a través de la plataforma Zoom- para intercambiar ideas sobre el proyecto y tratar de acordar una postura común.

Por el momento, son escasas las chances de que la coalición opositora unifique un discurso, enredada en sus propias disputas internas.

Por un lado, hay fisuras en el radicalismo con la pelea de liderazgo entre el gobernador Morales -más proclive a ayudar al Gobierno nacional- y el senador Martín Lousteau, siempre en busca de un golpe de timón que lo destaque por arriba de sus pares.

En el PRO, mientras Macri endureció su línea -que varios acatan-, el sector de las ‘palomas’ de Horacio Rodríguez Larreta y la Coalición Cívica insisten en no abandonar al Gobierno en este punto.

Por otro lado, los principales referentes del espacio opositor mantuvieron esta semana una sorda competencia por «ucranizar» la política exterior, a propósito de la invasión rusa al territorio ucraniano.

Por un lado, Macri se reunió en la semana con el nuevo embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, para conversar sobre la situación mundial a propósito de la invasión de Rusia a Ucrania.

Ese mismo día, Rodríguez Larreta recibió en la sede del Gobierno porteño al encargado de Negocios de la embajada de Ucrania en la Argentina, Sergiy Nebrat, y a integrantes de la comunidad ucraniana, con quienes se comprometió a colaborar en medio de la embestida rusa al país.

El alcalde porteño ofreció acogida a refugiados e iluminó diferentes monumentos con los colores azul y amarillo de la bandera ucraniana, como lo hicieron las grandes metrópolis del mundo.

Menos simbólica, la presidente del PRO, Patricia Bullrich, se sumó a una campaña mundial para «ponerle el cuerpo a la paz», y propuso vía Twitter que líderes de todo el mundo viajen a Ucrania para forzar un tregua.

La Coalición Cívica, que lidera Elisa Carrió, no se quedó atrás: convocó para el domingo a una marcha por el centro porteño en apoyo a Ucrania y «contra los crímenes de guerra». Será a las 17.30 desde la Plaza de Mayo hasta el Obelisco, y participarán diputados nacionales, provinciales y dirigentes del partido liderado por Carrió.

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