Adolfo Sachsida fue nombrado este miércoles por Bolsonaro en reemplazo del almirante Bento Albuquerque, echado al ser responsabilizado por la política de aumentos de precios de los combustibles alineados al dólar por parte de la empresa estatal brasileña.
Asumió un nuevo ministro de Energía y anunció la intención de privatizar Petrobras
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, designó este miércoles nuevo ministro de Minas y Energía a Adolfo Sachsida, quien anunció este miércoles por la noche el inicio de los estudios para la privatización de la principal empresa brasileña, la compañía estatal petrolera Petrobras.
«Como mi primer acto de gestión solicito también el inicio de los estudios tendientes a la propuesta de cambios en la ley necesarios para la desestatización de Petrobras», dijo Sachsida, quien también expresó el interés de privatizar la administración y exploración de los megayacimientos petroleros submarinos descubiertos en 2007 frente a las costas de Río de Janeiro y San Pablo.
El nuevo ministro dijo que Bolsonaro está de acuerdo con todo su plan en el Ministerio de Minas y Energía, luego de que el mandatario lo nombrara en reemplazo del almirante Bento Albuquerque, echado al ser responsabilizado por la política de aumentos de precios de los combustibles alineados al dólar por parte de la estatal Petrobras.
Ultraliberal y aliado del ministro de Economía, Paulo Guedes, Sachsida es el primer ministro que habla de privatizar Petrobras desde 1998, cuando en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso se comenzó a abrir el capital de la empresa estatal, que continúa siendo controlada por el estado, que posee más de la mitad de las acciones ordinarias de la compañía que cotiza en la bolsa de San Pablo y en Nueva York.
El nuevo ministro dijo que seguirá dando secuencia al proceso de privatización de la gigante eléctrica Eletrobras que aprobó el Congreso como una «señal para atraer inversiones extranjeras».
El ministro dijo que pedirá a su par y jefe político, Guedes, incluir en el programa de privatizaciones a la empresa estatal PPSA, responsable por la administración y gestión de los yacimiento submarinos conocidos como la camada geológica présal.
«Todo lo que digo tiene 100% de aval del presidente de la República», dijo Sachsida, cuyos anuncios se metieron de lleno en la campaña electoral, debido a que el candidato opositor Luiz Inácio Lula da Silva prometió fortalecer Petrobras y utilizar el petróleo submarino como una palanca para la recuperación económica en caso de vencer las elecciones del 2 de octubre.
El ala más liberal del gobierno pero también los hijos de Bolsonaro expresaron el apoyo a la venta de Petrobras, creada en 1953 por el entonces presidente Getulio Vargas.
El nuevo ministro dijo que no tomará medidas directas para evitar no vincular los precios internacionales del crudo a los que pagan localmente los brasileños en las estaciones de servicio o por el gas de garrafa.
Este miércoles Bolsonaro destituyó al almirante Albuquerque, a quien había responsabilizado por los recientes aumentos de combustibles, en un intento de despegarse de las políticas de liberación de precios que su gobierno aplica, de cara a su reelección del 2 de octubre.
La salida de Albuquerque fue publicada este miércoles en el Diario Oficial de la Unión.
En su lugar fue nombrado Sachsida, que deja el cargo de asesor especial del ministro de Economía, Paulo Guedes, siendo un defensor de la política de paritarias cero para los empleados públicos y de la no intervención estatal en la política de precios de Petrobras.
Bolsonaro reemplazó así a uno de los militares de su gabinete, que lo acompañaba desde 2019 y que era considerado uno de los principales nombres de su gestión, en el marco de las críticas hacia su propio gobierno y a Petrobras por la política de precios que siguen la cotización internacional del crudo en dólares y son repasadas para el consumidor interno.
Esta semana, Petrobras aplicó un aumento del 8,9 por ciento en el gasoil.
El jueves pasado Bolsonaro había pedido a Petrobras y al Ministerio de Minas y Energía frenar la ola de aumentos «porque Brasil va a quebrar con otro ajuste», algo que no ocurrió.
En abril Bolsonaro cambió al presidente de Petrobras descontento con las políticas de precios, sobre todo después del récord e inflación mensual para marzo, el mayor desde 1994.
El mandatario ultraderechista había pedido a Petrobras detener «la violación contra el pueblo» por las ganancias extraordinarias de los accionistas privados, principales beneficiarios del lucro generado por la política de precios internacionales de los combustibles que pagan los brasileños, que cobran en reales.
«Ministro Bento Albuquerque, José Mauro Ferreira (presidente de Petrobras), no pueden aumentar el precio del gasolil. Van a quebrar a Brasil, yo no puedo intervenir pero ustedes tienen ganancias y tienen marcado un rol social de Petrobras en la Constitución», había dicho Bolsonaro.
La campaña electoral también está marcada por la inflación y la política petrolera: Lula prometió cambiar la política de precios de Petrobras y retomar los subsidios que durante 14 años aplicaron los gobiernos de su Partido de los Trabajadores.
La política de precios internacionales fue inaugurada en 2016 cuando fue destituida Dilma Rousseff y asumió Michel Temer, cuyos lineamentos continúan bajo el bolsonarismo.